Amoniaco Anhidro
El amoniaco anhidro se produce a partir de la reacción química entre el nitrógeno y el hidrógeno, dos elementos abundantes en el planeta. El nitrógeno se obtiene directamente de la atmósfera mientras que el hidrógeno se encuentra en los combustibles fósiles, siendo el gas natural en el caso de España la fuente de este elemento.
El amoniaco anhidro que envasamos cumple con los requisitos más exigentes para el uso en instalaciones de congelación y refrigeración donde la calidad es crucial para el correcto funcionamiento y mantenimiento de las mismas. En menor medida presenta usos como reactivo en procesos productivos dentro de la industria alimentaria, la industria metalúrgica y como fertilizante con aplicación directa sobre los campos.
Los refrigerantes naturales son productos químicos producidos por procesos bioquímicos de la naturaleza. Estos productos se utilizaban como refrigerantes antes de 1950 hasta la aparición de los CFC. En la actualidad han recuperado protagonismo gracias a su menor impacto sobre el medio ambiente.
Dentro de la gama de refrigerantes el amoniaco como sustancia natural no presenta un impacto sobre la capa de ozono como si lo hacen otros y apenas contribuyen al calentamiento global, lo que le convierte en un refrigerante seguro y sostenible desde el punto de vista medioambiental.
Recientes desarrollos han probado que el amoniaco en combinación con otros gases refrigerantes como el CO2 mejoran la eficiencia en aplicaciones de temperaturas bajas y muy bajas superando los 40˚C bajo cero.
Desde el punto de vista económico y como ventaja competitiva una instalación de amoniaco supone un ahorro importante en costes energéticos así como de materiales de construcción puesto que su canalización requiere tuberías de menor diámetro. En consecuencia se produce una reducción en los costes operacionales debido a que sus rendimientos termodinámicos son superiores frente a otros refrigerantes y por tanto su impacto sobre el medio ambiente es menor.
A las ventajas comentadas anteriormente se añaden los bajos costes de adquisición del amoniaco frente al resto de opciones junto con la abundancia de compuestos químicos en el planeta a partir de los cuales se puede obtener el amoniaco por diferentes procesos productivos.
Las características físico-químicas del amoniaco le confieren ventajas respecto a la seguridad de las instalaciones, puesto que su olor característico alerta ante cualquier ligera fuga y permite una actuación rápida que evite problemas en la instalación y/o en las personas que operan cerca.
Dentro de la industria alimentaria el amoniaco presenta un uso más allá del almacenamiento refrigerado y congelación de alimentos. Dentro del sector de las envolturas cárnicas que se encuentran habitualmente en embutidos, salchichas o carnes también encontramos usos del amoniaco, siendo en este caso como elemento activo en la producción de tripas de colágeno y fibrosa.
Otra utilidad industrial muy importante del amoniaco es su intervención en los llamados tratamientos térmicos o proceso de nitruración de los aceros. Básicamente la nitruración es un proceso químico mediante el cual una corriente de amoniaco previamente disociado en sus elementos reacciona con una superficie generando una pequeña capa protectora. Esta capa protectora dota al material de resistencia mecánica y física frente a desgaste, golpes y oxidación alargando la vida útil de utensilios de cocina entre otros materiales.
Dentro de los usos menos habituales del amoniaco destaca la obtención de energía en instalaciones de producción de hidrógeno y actualmente se están desarrollando pilas de amoniaco como combustible alternativo a los combustibles fósiles actuales. De esta manera se puede contribuir a la descarbonización del transporte mejorando tanto la salud del medio ambiente como la nuestra.
En definitiva, el presente y futuro del sector industrial está ligado al amoniaco y Químicas del Jarama juega un papel esencial como socio-colaborador suministrando amoniaco a toda la Península Ibérica.